La ola verde

Foto: Ariadna Kriscila

A las seis de la tarde del día 28 de septiembre de 2018, Tijuana estaba presenciando con sus ojos y sus oídos la manifestación de un día potencialmente histórico: por primera vez las mujeres de la ciudad se reunieron a marchar en el día mundial por la despenalización del aborto. Antes de ni siquiera imaginarlo, el sol descendía sobre el color verde que empezaba a ser abundante alrededor del monumento de Las Tijeras, color que esperaba a avanzar por las calles de la ciudad con entusiasmo, fuerza y libertad.

Mujeres llegaban una a una, o en montones. Sin conocerse se pasaron cartulinas, plumones, pañuelos y -confidenciales- sonrisas. Viejas amigas se encontraron para formar contingentes de guerra mientras que las que se veían por primera vez integraban grupos de resistencia. La gran variedad de mujeres representaba a Tijuana y, la interacción entre ellas, su complejidad y sus virtudes.

- “Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo”- cantaban unas - “Este cuerpo es mío, mío, mío, mío”- seguían otras - “Ni Dios, ni amo, ni marido, ni partido” – gritaban las mujeres en lo alto del monumento, a lo que sus compañeras continuaban correando: “Si el papa fuera mujer, el aborto sería ley".

Foto: Ariadna Kriscila

Sonaban los tambores al fondo dotando de espíritu de lucha. Se combinaban con las voces de los corros. Parecía estar presenciando el comienzo de una guerra de película. Estaban listas para salir en marcha.

Las mujeres en lo alto del monumento dieron la orden de reunirse todas en contingente. Los oficiales de policía despertaron de su taciturno sueño para hacer sonar al motor de sus motocicletas. Y, sin mucho esperar, las mujeres ya estaban sobre el Paseo de los Héroes pintando de verde las viejas negras calles, brotaba la esperanza.

Empezaron los gritos, los aplausos y los cantos, antes de dar el primer paso hacia el centro de Tijuana, las mujeres gritaron por última vez al Cecut, a Plaza Río y a Las Tijeras. Después, con energía, avanzó dibujando una lucha que pintaba de verde el futuro...

Foto: Ariadna Kriscila

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