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La literatura también es feminista.

  • Joana Denisse Flores Flores
  • 8 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Recuerdo que cuando tenia alrededor de 13 años empecé a ser una lectora comprometida, poco a poco me adentré en el gran mundo de la literatura, probé con un poco de todo, ficción, historia, novela policiaca, y suspenso.

Vienen a mi muchos momentos donde iba ilusionada a la biblioteca de mi escuela y tenía tanta hambre de libros acerca de mujeres fuertes, inteligentes, decididas, con historias extraordinarias, pero siempre encontraba a las princesas que buscaban a su príncipe azul o a la amiga del superhéroe que solo estaba como un personaje más, nunca aportaba nada. Me frustraba no encontrar nada parecido a lo que yo buscaba. Esos personajes no se parecían a las mujeres que yo conocía, al final me resigne y seguí leyendo.


Pasó el tiempo y poco a poco en las librerías empezaron a vender libros feministas, fue una sorpresa, nunca imaginé que me encontraría con estos libros. Después de la desilusión, caí en cuenta que tal vez no existían, porque en el lugar donde yo crecí, la información es escasa, como en muchos pueblitos del país.

Agradezco la vida que tuve, la oportunidad de poder obtener información y tener la ventaja de viajar a la ciudad. La inocencia no se pierde dos veces. Y vaya que lo aprendí.


Las niñas somos como esas gacelas asustadas que intentan escapar de sus depredadores, resignadas a una realidad triste, que para muchas ya es normal. Y yo, creí que era verdad, en algún momento de pequeña, que la vida era así. Que tenía que respetar a los hombres, que nunca iba ser la jefa, que posiblemente me quedaría en casa, criando hijos, y haciéndome cargo de un hogar... Aunque sé que muchas mujeres hoy son felices haciéndolo, yo no quería eso.


Resulto que los libros que empecé a comprar en las librerías, me hicieron sentir valiosa, segura de mi misma, de poder con todo. Conocí a esas mujeres que eran igual a mí, fuertes, determinadas, valientes, rebeldes, inteligentes, pero sobre todo con sueños y ganas de querer cumplirlos.

Yo podía ser como Brenda Chapman que desde niña supo que su pasión era dibujar y hoy es directora de cine animado, podía ser como Eufrosina Cruz, que decidió ser activista y política, como Isabel Allende, escritora de historias que no deben ser olvidadas, o como Nina Simone una gran cantante que estaba segura que la libertad es la ausencia del miedo.

Y te puedo mencionar a miles de mujeres más con historias extraordinarias, pero eso te tocará a ti, búscalas, quizá tengas a alguna a tu lado. Estamos por todas partes, solo falta apreciarnos.


Con esto te puedo puedo decir que la literatura es y será feminista, que las letras son alimento para el alma y que pueden cambiar a una niña de 13 años y plantearse el tipo de mujer que será dentro de 20. Estos textos, libros e historias me dan fortaleza, amor, valentía, coraje y orgullo de ser mujer.


A lo largo de este movimiento se han generado muchas vertientes, pero de algo que estoy segura de los feminismos, es qué, salvan y no reclaman santos, sino personas, que puedan vivir todas las posibilidades del ser humanx, sin basarse en el género ni en los estereotipos.


La literatura esta cambiando, y aunque desde hace mucho existe, no se hacía inclusión, no se hablaba de las mujeres. Y gracias a todas esas mujeres que han marcado y seguirán marcando la historia y la literatura. Estamos más presentes que nunca.

Sigamos empoderando a esas grandes escritoras como Chimamanda Ngozi, Virginia Woolf, Simone de Beauvoir, y muchas otras que han aportado grandes textos e ideas a este movimiento. También te invito a que leas, lee mucho, empodérate de historias, de información, de cultura, y disfruta el viaje a mundos y mentes fuera de tu alcance. Te prometo, que abrirán las puertas de tu alma y mente.

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