Sin descolonización no hay revolución.
- CriaLunar
- 11 sept 2019
- 7 Min. de lectura

Qué tal si te dijera que todo lo que sabes del mundo, todo aquello que es realidad, o que crees que es la realidad, ¿es nada más que un pinche invento? Qué tal si te dijera que sí, otro mundo es posible, no porque físicamente tengas el poder de cambiar la materia, pero es posible porque otras realidades han existido, otras formas de interpretar el mundo existen, solo que se te ha dicho lo contrario. ¿Qué pensarías? ¿No es acaso la manera en que estamos viviendo, llevándonos al suicidio? ¿Nunca han pensado a dónde chingados vamos a parar si seguimos así? ¿Acaso, este mundo, dónde no podemos salir ni a la calle sin miedo, donde estamos en constante amenaza, donde nuestros cuerpos son descuartizados (metafórica y literalmente) es el único posible? Pero más importante, ¿cómo chingados llegamos a este punto lleno de muerte violenta?
Estas preguntas me hicieron a mí sentarme y reflexionar sobre la vida, mi vida, y el rol que tengo en la sociedad, ya sea para bien o para mal. El reflexionar me llevó a hacer investigaciones, empezando en lo micro con mi interpretación de mí misma, la multiplicidad y niveles que tiene la identidad en general (de género, sexual, étnica, nacional, etc.) hasta la versión más macro de una cultura — su cosmovisión. Esto me llevó a una crisis de identidad donde me di cuenta de que el mundo que creía el único y verdadero, no era más que una mentira conscientemente construida para mantenerme adormecida y creyente de un dios blanco, europeo, hetero, machista, y capitalista. Fue entonces cuando una bandeja llenita de agua bien pinche helada me cayó encima y me despertó. Era como si un humo que estaba enfrente de mí fuera sido disperso y finalmente, vi, pero lo verdaderamente loco era que ni siquiera estaba consciente de que mis “ojos” estaban siendo encubiertos. Escuché una vocecita que me susurró “ximiximati (conócete a ti misma)”. Y fue entonces que entendí que la historia que me habían contado era mentira y que había algo más allá que el mundo occidental europeo y gringo que se me había enseñado era lo que siempre tenia que aspirar a ser.
*Abyanahuac es una combinacion de Abya Yala y Cem Anahuac creada por el maestro e investigador Guillermo Marin Ruiz. Abya Yala es el nombre en lengua Kuna (pueblo que habita en territorio en Panama y Colombia) que significa “tierra de sangre vital o en plena madurez”. Cem Anahuac es el nombre en nahuatl que se le dio a este continente. Significa tierra completamente rodeada por agua. Abyanahuac es usado aquí como intento de tomar el poder de llamarnos en nuestra propia lengua y negar el nombre de “America” impuesto por los colonizadores.
Entendí, entonces, que las respuestas a mis preguntas no las iba encontrar haciendo lo que estaba haciendo. Tenía que hacer un cambio radical en mi vida. Para entender cómo llegue (y llegamos) a este momento en la historia de la humanidad que parece ser que solo nos lleva al suicido, tuve que voltear pa’trás, a buscar el origen de mi ser y de mi propia historia, pues todo lo que creía ser, era un engaño. Para poder empezar un nuevo camino tenía que dejar de mirar al norte y fijar mi mirada al sur, y destapar aquello que se me había sido encubierto y negado. Tenía que cuestionar absolutamente todo lo que suponía como natural y racional. Fue así como conocí a lo que se le conoce como decolonización y lo que me devolvió a la sabiduría milenaria, ancestral de los pueblos del *Abyanahuac, la sabiduría de la Toltecayotl, lo que me devolvió al origen, a la raíz de mí misma. La descolonización me abrió caminos a mundos donde si puedo existir, dónde puedo expresarme, donde la vida está en su centro. Es por eso por lo que hoy les quiero hablar un poco de esto, y en cómo (en mi humilde opinión) descolonizarte es imperativo y necesario en cualquier revolución (colectiva e individual), pero más que nada, el por qué debe es inherente en el feminismo.
Este artículo es para decirles que dejen de ver “hacia el norte y occidente” y regresen a su raíz, a la sabiduría que es herencia de nuestros ancestros y que vive en los pueblos originarios del Abyanahuac.
Entonces, ¿qué chingados es eso de descolonización? Pues bueno, para poder entender esto tenemos recordar un poco de historia. En 1492, fuimos “descubiertos” por Europa y al arribar a nuestro continente, en nombre de gold, glory, and God (oro, gloria, y dios), se apropiaron de nuestras tierras. Conquistaron a los “salvajes” y trajeron “la civilización” a “America Latina”. La colonización, pues, es la acción y efecto de colonizar, de la ocupación de un territorio para apropiarse de sus recursos y establecerse en tal territorio. Desde una perspectiva política, una colonia es un territorio controlado por un estado, país, y/o entidad ajena a tal territorio. Este es la forma tradicional (o más común) de entender lo que es la colonización. Sin embargo, este tema no sé profundiza para nada y creo que la mayoría de la población (mexicana y de otros países) no entienden realmente lo que implicó este suceso en nuestra historia, en nuestra forma de pensar, en nuestra forma de relacionarnos uno con el otro y con Pachamama, en la forma en que conceptualismos hasta nuestras identidades.
La colonización NO es un simple robo de recursos materiales y asentamiento territorial. La colonización es un proyecto civilizatorio que trae su propia cultura, su propia religión, su propia lengua, su propia economía que fue impuesta a través de la espada y la biblia. La colonización, para poder justificar el genocidio de los pueblos, la esclavitud de todo un continente, y razonar la legitimidad de su poder (el europeo), tuvo que borrar TODO. Nos hacen creer que son mejores, más bellos, más inteligentes, más puros, más racionales. Tienen que hacerte creer que tú eres lo contrario a ellos. Somos feos, tontos, sucios y pecadores, y salvajes. Al borrar todo, niegan la existencia de nuestra historia, de otra forma de ver a el mundo, de nuestras formas de organización comunitaria para enfatizar al “individuo” y nos limitan a solo lo que ellos quieren para perpetuar su dominio de nuestras tierras, nuestros recursos, y también de nuestros cuerpxs para su necesidades laborales y deseos sexuales. Básicamente, es un mayor coco-wash.
Entonces ¿qué es la DEScolonización? Si la colonización implica el encubrimiento de nuestra cultura originaria, el robo de identidad, la internalización de una cultura necrofílica, racista, clasista, homofóbica, transfóbica, capitalista, entonces la descolonización es LA crítica a ese mundo. La descolonización nos exige regresar la mirada a los pueblos del Abyanahuac, que han estado aquí, desarrollando su propia forma de vida, su propia cultura, su propia cosmovisión y ciencia por más de ocho mil años. La colonización nos hizo creer que nuestras raíces y nuestros pueblos son ignorantes y que fueron civilizados por el europeo. Nos hacen creer que ellxs no tienen nada que aportar y nada que decir. Pero fue en el 1ero de enero de 1994 que nos callaron el hocico e hicieron retemblar el centro de la tierra con sus gritos de lucha y esperanza. El impacto que tuvieron los Zapatistas en México, en el Abyanahuac, en el mundo entero, fue importantísimo. Y su impacto en el feminismo fue como un terremoto que sacudió la base del pensamiento tradicional feminista. Es cierto que estuvieron calladxs por un momento, pero con la llegada del Primer encuentro internacional de mujeres que luchan, nos volvieron a callar la boca. Tristemente no habrá encuentro este año, pero cuando leí la carta que nos enviaron, hay unas palabras que me llenaron de orgullo y muchísima reflexión.
“¿Cuántas mujeres han sido asesinadas en esos mundos progresistas o reaccionarios mientras tú lees estas palabras, compañera, hermana? Tal vez tú lo sabes, pero claro te decimos que acá, en territorio zapatista, no ha sido asesinada ni una sola mujer en muchos años. Pero eso sí, dicen que nosotras somos las atrasadas, las ignorantes, las poca cosa.Tal vez no lo sabemos de qué es el mejor feminismo, tal vez no sabemos decir “cuerpa” o según cómo cambian las palabras, o qué es lo de equidad de género o esas cosas que hay tantas letras que ni se puede contar. Y ni siquiera está cabal eso que dicen “equidad de género”, porque sólo hablan de equidad de mujeres y hombres, y hasta nosotras, que nos dicen ignorantes y atrasadas, lo sabemos bien que hay quienes no son ni hombres ni mujeres y que nosotras les llamamos “otroas” pero que esas personas se llaman como se les da la gana, y no les ha sido fácil ganar ese derecho de ser lo que son sin esconderse, porque les burlan, les persiguen, les violentan, les asesinan. ¿Y a poco todavía les vamos a obligar que o son hombres o son mujeres y que tienen que ponerse de un lado o de otro? Si esas personas no quieren pues se hace mal si no se les respeta. Porque entonces, ¿cómo nos quejamos de que no nos respetan como mujeres que somos, si no respetamos a esas personas?”
La descolonización es reconocer que las tierras en que estamos están invadidas y que nosotrxs somos participes de esa invasión en el presente. Es reconocer a los pueblos y a las culturas originarias que aun siguen vivas y que tienen formas de vidas validas e incluso, que proponen una forma de ver el mundo alterna a la del occidente. Debemos de vernos al espejo y entender que, aunque somos oprimidxs en este sistema, también somos opresores. Nosotrxs que nos identificamos como mujeres, que somos asumidas como mujeres, que nos identificamos como género queer, que somos anything but blanco, hombre, hetero, etc., estamos a bajo, pero lo que no nos damos cuenta es que gracias a ese coco-wash, somos oprimidas-opresoras. Al vivir en esta cultura occidental, en este sistema-mundo capitalista, inevitablemente oprimimos. No nos damos cuenta porque hemos internalizado la cultura occidental y vemos los sucesos del mundo como natural y entendemos nuestro comportamiento como racional y lógico. Es de a huevo el que seamos parte del ciclo de opresión y, por ende, reproducimos y perpetuamos las lógicas de esta cultura. O sea, mis compañerxs de lucha, que, si no cuestionamos estas lógicas y no entendamos su origen, lo único que llegamos hacer al tratar de proponer nuevas formas de relacionarnos con el mundo, de relacionarnos como seres humanos, es repetir los patrones de opresión, porque desafortunadamente, ya somos aquello que criticamos. Para resumir, sin descolonización no habrá revolución.
Quisiera poder platicar más con ustedes sobre esto, pero por el momento aquí la dejamos. Si más adelante se me permite conversar más del tema, les dejo este libro que es como mi handbook feminista: “Tejiendo de otro modo: Feminismo, epistemología y apuestas descoloniales en Abya Yala” de Yuderkys Espinosa Muñoz, Diana Gómez Correal y Karina Ochoa Muñoz.
Tlazcamati mis corazones. Espero poder compartir y aprender más con ustedes en el futuro.
Con amor, su humilde servidora, CriaLunar ☾
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